Desde que aparecieron los videojuegos activados por el movimiento humano, cuyo estandarte es la consola Wii, se ha venido barajando la posibilidad de incluirlos en terapias de rehabilitación física por los efectos beneficiosos que tienen sobre los pacientes, al incluir un factor lúdico al trabajoso ejercicio físico de recuperación.
En ese mismo sentido, últimamente se han venido utilizando estos mismos videojuegos para fomentar la movilidad de las personas mayores y mejorar así sus condiciones de salud. Esta práctica, ya común en Estados Unidos (en los hospitales Herrin y de Rehabilitación de Glenrose), y comienza a expandirse a otras latitudes, como por ejemplo al Centro para Adultos, Mayores y Rehabilitación Hirsch de Argentina.
Según palabras del director del centro, Moisés Schapira: “incorporamos la tecnología de juegos a la rehabilitación porque resulta ser una estrategia nueva, segura y realizable, que permite mejorar la función motora y visual en los pacientes”. “Los movimientos físicos precisos y continuos que son necesarios para poder llevar adelante un juego virtual, permiten avanzar en la rehabilitación de los problemas motrices y cognitivos de las personas mayores”.
Gracias a estos videojuegos las personas de la tercera edad pueden combatir la vida sedentaria que se suele llevar al alcanzar estas edades, lo cuál revierte de manera directa en la mejora de sus condiciones físicas, en lo que se refiere a la prevención de la hipertensión, de la artritis o de la diabetes, así como una ayuda real a la lucha contra enfermedades internas como, por ejemplo, el cáncer.
Pero no sólo se trata de una mejora física, sino que diversos estudios y la experiencia recibida en los centros de Estados Unidos y de Argentina, demuestran que, además, se consigue una mejora cognitiva al obligar a la persona mayor a tener que ejercitar su mente para poder resolver los retos que el videojuego le va planteando en cada nueva situación.