Los datos económicos del sector de los videojuegos en este primer semestre de 2011 han sido realmente desalentadores para la industria, con un descenso del 10% en ventas causado, principalmente, por la piratería, por la crisis económica y por la aparición de nuevos dispositivos digitales, como el iPhone, que han robado protagonismo a las consolas que, en opinión de todos los analistas, tendrán que evolucionar hacia la interactividad y el 3D para seguir teniendo cuota de mercado en el futuro.
De hecho, según el Anuario 2010 de la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (Adese), el 90% de los ‘gamers’ españoles consideran que antes del año 2020 la mayoría de los videojuegos tendrán un fuerte “componente social”, haciendo que todos los segmentos de edad de la población utilicen los videojuegos y lo hagan de una manera conjunta, favoreciendo la interactividad no sólo con la consola, sino también entre jugadores.
En este mismo sentido, los datos del anuario también ponen de manifiesto la creciente importancia del juego online, ya que el 72% de los encuestados consideran que los videojuegos online ganarán cuota de mercado a las consolas tradicionales, debido a su mayor capacidad para el desarrollo continuo del juego y la posibilidad de interactuar con otros jugadores.
Sin embargo, España sigue anclada en lo que se refiere al desarrollo del software, ya que a pesar de ser el cuarto consumidor europeo de videojuegos, y el sexto del mundo, apenas supone el 1% de la industria del desarrollo de software de videojuegos, una cantidad demasiado poco significativa para la importancia de España como mercado para la industria.
Se viven, por tanto, tiempos de incertidumbre para la industria de los videojuegos que, aunque sigue ganando importancia en el mix de ocio de los ciudadanos se encuentra ante la tesitura de recuperar la rentabilidad que ha perdido en este último semestre.