Atrás quedaron los tiempos en los que los videojuegos eran una cuestión casi exclusiva de los adolescentes y de los niños, ya que según un informe sobre los hábitos de consumo de los ciudadanos europeos, elaborado por la Interactive Software Federation of Europe (ISFE), publicado esta misma semana, el 25,4% de los adultos europeos juegan habitualmente a los videojuegos, lo que supone una cifra total de 95 millones de personas.
El país europeo donde los adultos juegan más a los videojuegos es Francia, con un 38%, y los que menos penetración de los videojuegos en la población adulta presentan son Italia y Polonia, con un 17%. España, por su parte, se encuentra en la media europea, con un 24%.
Este cambio de tendencia en la edad de los jugadores se está viendo reflejado en las listas de los videojuegos más vendidos. Si hasta hace poco los juegos exclusivos de adolescentes copaban todas las listas, en el año 2010, según datos de ADESE, los videojuegos de salud y de desarrollo intelectual suponen ya un 5% del mercado.
Esta mayor penetración de los videojuegos destinados a un segmento de población más amplio está haciendo que las empresas de software se estén especializando en la creación de nuevos juegos de simulación, sociales o de desarrollo de las habilidades intelectuales o físicas, más propicios para la población adulta, así como en la búsqueda de mayor interacción.
Estas empresas fundamentan sus esfuerzos en el convencimiento de que el nuevo nicho de mercado encontrado en la población adulta, les puede proporcionar pingües beneficios, ya que se trata de un segmento de población de mayor capacidad adquisitiva que la población adolescente, y, por tanto, dispuestos a realizar inversiones más elevadas.
Nos encontramos, por tanto, en un escenario de cambio, en el que la población adulta va entrando paulatinamente en el sector de los videojuegos y del ocio digital, desplazando la supremacía que, hasta ahora, había mostrado la población adolescente.