A medida que las nuevas tecnologías han ido avanzando y los ciudadanos nos sentimos cada vez más cómodos con las nuevas aplicaciones tecnológicas, se está produciendo, de manera paralela un fenómeno que recibe el nombre de gamificación de la realidad.
La gamificación de la realidad no es más que la utilización de recursos propios de los videojuegos tradicionales en la vida diaria, tanto personal como profesional. En palabras de Gabe Zichermann, autor del libro “Gamification”, “la gamificación está siendo usada para crear experiencias que usan el poder de los videojuegos en campos como la salud, las finanzas, la educación o la gobernación”.
Por ejemplo, en la pasada E3, celebrada en Los Ángeles, se presentó una aplicación que presentaba una Biblia adaptada al lenguaje propia de los videojuegos en la que un avatar de Jesús con un mando de la Xbox lanzaba frases como “Jesús juega” o “para ganar, Jesús”.
Para Flavio Escribano, coordinador de la asociación Ars-Games, y especialista en gamificación, para poder gamificar la sociedad hay que “introducir los elementos del videojuegos, como las reglas, los desafíos, las condiciones de éxito, los logros y las recompensas, la clasificación, los niveles, los puntos… en nuestros desafíos cotidianos”, así como en el trabajo productivo.
Una implementación que propone la utilidad para iPhone Epic Win, que permite organizar las tareas diarias, recibir recompensas por el trabajo realizado y mejorar las estadísticas como jugador/persona, como si de un videjouego se tratara.
El objetivo principal de la gamificación como concepto global es el de conseguir amenizar las rutinas diarias, tanto personales como profesionales, consiguiendo generar un mayor grado de eficiencia. Un proceso que se ha empezado a acelerar con la generalización del uso de smartphones que permiten utilizar aplicaciones de gamificación y recibir un feedback en tiempo real que permite seguir con el devenir del videojuego/vida.